jueves, 22 de diciembre de 2016

Bicho de paz

Columna: Conexión interna
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Santiago Domínguez
No hay nada mejor como sentirse en paz con uno mismo. Es una de las sensaciones más reconfortantes y placenteras que existe, ¡y lo saludable que es!   
En este último número de la columna, columna que con mucho agrado he puesto empeño para desarrollar mis ideas, me gustaría agradecer la oportunidad que el taller de Redacción Expresiva me dio de escribir mis primeras columnas de opinión y darme voz.
Se termina el año, uno de los más significativos para mi donde aprendí innumerables cosas, conocí una cantidad de personas y mi vida ha vivido momentos inolvidables; con él le doy cierre a este número especial.
Mi lugar
Hay algo en mí que dice que me encuentro en el lugar donde tengo que estar. No se cómo, ni por qué, pero a pesar de las vueltas de la vida siento que encontré mi lugar, me encontré.
Hace unos días me situaba en el ómnibus volviendo a casa como de costumbre, mirando por la ventana, escuchando una de las tantas canciones que me gusta escuchar; y de un momento a otro pude sentir algo similar a un déjá vu. Fue una sensación que me llenó de alegría de pies a cabeza, que me dibujó una sonrisa en la cara y dejo vibrando todo mi interior, porque en ese instante sentí que mi vida había llegado a un punto “base” que me hizo dar cuenta que por donde vengo estoy bien.
No puedo afirmar que a todos les pasará lo mismo que a mí en algún momento, pero estoy seguro que cada uno a su manera sentirá en donde están parados con respecto a sus vidas.
Construyendo la paz
Hace mucho tiempo he comenzado a tomar decisiones que de alguna manera ayuden a mantener mi salud mental en armonía.
Tengo días malos, como todos. Tengo días tristes, como todos. Tengo problemas, como todos. Pero a pesar de los obstáculos y barreras que se me presentan en el camino, aprendí a  valorar las simplezas de ser, de  existir; porque todo mal pasa, se supera y de él se aprende.
Con el paso del tiempo aprendí que el odio no sirve de nada, es una pérdida de tiempo, es ensuciar el alma con energía negativa sin necesidad. Existe una ley de atracción mental que afirma que todo aquello que pensamos influye en nuestra realidad, por lo tanto, la energía negativa trae cosas negativas a nuestra vida.

Un texto budista define la paz interior afirmando: “La quietud de la mente llega al haber trascendido satisfactoriamente la codicia, el odio y la estupidez”. Una vez superado estos venenos internos, la vida se aleja de confusiones, trastornos y conductas extrañas o destructivas.
Me considero una persona optimista, porque creo que si alejo lo negativo de mi vida serán pocas las chances de que lo malo habite en mí. Winston Churchill una vez dijo: "Un pesimista ve las dificultades en toda oportunidad; un optimista ve la oportunidad en toda dificultad. Usted puede trabajar maravillas con el poder del pensamiento. A través de la instrumentalidad del pensamiento, adquieres poder creativo".
Esta es una decisión muy importante, porque no hay nadie más que uno mismo capaz de forjar la realidad que uno percibe. El poder de la mente, aunque no lo crean, es muy importante. Y cada vez más me sorprendo del potencial que todos guardamos en nuestro interior.
Con el poder de la mente no sólo atraemos energía, sino que generamos una influencia  exponencial sobre los hechos del día a día.
Muchas veces nuestro estado de ánimo depende de asuntos externos que nos condicionan, pero saber controlar las emociones es madurar, es tener el poder.
El poder está en vos
Para llevar una vida en paz, en armonía con uno mismo y los demás no es necesario mucho, simplemente un ingrediente único y especial: vos.
Los cambios comienzan por uno mismo, hay que mentalizarse de manera positiva para superarse, para romper barreras, para crecer y ser mejor. No hay quedarse en la zona de confort, de esta manera nada cambiará, hay que salir a hacer, moverse, generar el cambio. No siempre será fácil, pero aseguro que si se tira para adelante existen más posibilidades de alcanzar lo deseado que tirando para atrás.
Hay que saber aceptar los cambios. Hay que aprender a soltar. Hay que saber perdonar y también aceptar. Hay que sentir. Hay que ser.
Porque, ¿qué mejor que estar en paz con uno mismo y con los demás? Una vida en armonía es más que saludable, es una vida que dará buenos frutos y a la larga irá ayudándote a enfrentar las diferentes situaciones que se te presenten.
Todos tenemos un bicho de paz en nuestro interior, busca el tuyo.